Economia durante el radicalismo

 

A poco de asumir la presidencia en 1916, Hipólito Yrigoyen envió un proyecto al Congreso solicitando que se autorizara la emisión de un empréstito de 100 millones de pesos para crear un Banco Agrícola Nacional, la Marina Mercante e intensificar la explotación del petróleo en el sur. El 23 de septiembre de 1919 presentó otro proyecto de ley fijando un régimen legal, técnico, económico y financiero del petróleo y adelantaba el concepto del monopolio estatal de la explotación petrolera. En él, concluía: “El Estado como encarnación permanente de la colectividad tiene el derecho de obtener un beneficio directo sobre el descubrimiento de estas riquezas”. No está de más decir que ninguna de estas iniciativas progresistas fue ni siquiera considerada por el Senado que estaba en manos de los liberales-conservadores. La Primera Guerra Mundial (1914-1918) y el auge del automóvil habían terminado de imponer al petróleo como la gran fuente de combustible. Se desataría entonces la competencia entre las potencias por el dominio de las zonas petroleras del mundo. En 1919, una comisión senatorial norteamericana hacía el siguiente análisis de la cuestión: “En vista del futuro decrecimiento de la producción del petróleo, aconsejamos excitar a los petroleros americanos a explotar la producción de países extranjeros que poseen yacimientos petrolíferos útiles para suministrar aceite; y que a tales empresas se les proporcione todo el apoyo diplomático posible para obtener la propiedad de esos campos petrolíferos y explotarlos”. 

Yrigoyen tomó coraje y el 3 de junio de 1922, creó por decreto la Dirección Nacional de los Yacimientos Petrolíferos Fiscales. Fue la primera empresa petrolera estatal del mundo (la segunda se fundó en Francia en 1924).

Fragmento extraido de https://elhistoriador.com.ar/ypf-100-anos-impulsando-la-historia/

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